jueves, 24 de abril de 2014

Cómo desarrollar la inteligencia en un caballo


Para muchos, el gran problema del desarrollo de la inteligencia equina reside en el tipo de vida que les obligamos a realizar. Encerrados en un boxer, sin ningún tipo de actividad salvo unas pocas horas al día (los
más afortunados, otros sólo unas horas a la semana), sus posibilidades de desarrollo inteligente quedan muy restringidas.

Según afirman muchos estudiosos, los caballos que viven en entornos interesantes son más vivos, están más alerta y, lo que resulta más importante, saben responder ante situaciones complicadas. Es exactamente lo mismo que le pasaría a un ser humano: traten de comparar simplemente la evolución de una persona que vive en un ambiente estimulante con respecto a la de una persona cuyos años transcurren prácticamente encerrado... las conclusiones resultan obvias.

Por lo tanto, cuanto más capaces seamos de estimular el cerebro de nuestro caballo, más se desarrollará éste. Según afirman expertos en educación, la estimulación constante de la capacidad cognitiva
aumenta el número de conexiones entre las neuronas; así las experiencias sensoriales tales como escuchar, sentir, tocar, ver... enseñan a las células cerebrales a realizar su trabajo. Si privamos al animal de este tipo de experiencias estas células no se desarrollarán (según algunos, el no uso puede llevarles incluso a la muerte).

Por supuesto la etapa vital de este desarrollo se produce durante los primeros años del caballo, al igual
que sucede con el hombre, si no somos capaces de estimular y desarrollar sus estímulos desde el
principio, difícilmente podrán hacerlo cuando sean adultos.

Pero en todo este aprendizaje, deberemos tener muy en cuenta las características innatas del caballo y
fundamentalmente tres:

- La dificultad para adquirir nuevos conocimientos.
- La enorme sensibilidad al entorno que les rodea.
- Su falta de disponibilidad a los cambios.

Ni que decir tiene que además de todo esto deberemos tener en cuenta la personalidad de cada individuo,
puesto que, al igual que sucede con nosotros mismos, hay caballos que han demostrado ser mucho más
inteligentes que otros.

La adaptación del aprendizaje a cada caballo supondrá no sólo conseguir muchos mejores resultados, sino
que además nos reportará otras muchas ventajas: está demostrado que un caballo que se mantienen en
contacto con otros congéneres desarrollará mucho más y mejor su capacidad de aprender, pero no sólo
eso, también se reducen el número de enfermedades con respecto a un animal que debe vivir aislado en un
box.

En este sentido habremos oído hablar de los beneficios de hacer que otro animal (cabras, gallinas...)
acompañen a nuestro caballo en sus largas horas en la cuadra; efectivamente está comprobado que la
presencia de este tipo de animales estimulan al equino, al tiempo que alivian su temida soledad.

Por último no deberíamos olvidarnos de la necesidad de afecto que todo caballo tiene. Un buen cuidador
debe acostumbrarse a hablar con él, acariciarle... su caballo debe sentir cariño, saber que puede contar con
usted. Ese vínculo no sólo le dará seguridad sino que además le estimulará en su aprendizaje constante.

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