viernes, 9 de mayo de 2014

Premios y castigos para los caballos


El sistema de premios y castigos es el más comúnmente utilizado para los caballos. Se basa en asociar determinados comportamientos a sensaciones agradables o desagradables, que motiven al caballo a mejorar su conducta.


Hay que tener en cuenta es que un caballo puede aceptar un castigo si entiende su porqué; pero nunca lo aceptará sin que se le de una "explicación" (relacionarlo con un comportamiento indebido) y puede llegar a rebelarse. Además, para que un caballo relacione una acción como correcta o inadecuada, el premio o el castigo deberá ser aplicapo de forma inmediata.





Premios:
Golosinas: que no deberán ser dadas al caballo sin ton ni son, ya que acabaría por ser un vicio. Se deben reservar únicamente para agradecer una buena conducta y ofrecerse sólo de forma esporádica.
Descansos: son el premio óptimo después de haber realizado un ejercicio que haya resultado duro o peligroso para el caballo.
- Ofrecer seguridad y tranquilidad: para ello hay que mostrarse firme pero tranquilo, un domador que grita o que hace movimientos bruscos puede hacer desconfiar al caballo. De ahí la importancia de que se utilice una voz tranquilizadora, teniendo en cuenta que este animal es enormemente sensible al ruido.
Imitación de comportamientos equinos: realizar movimientos que desarrollan estos animales cuando están en manada puede resultar enormemente gratificante para el caballo. Algunos de éstos son:

1- Pasar un brazo por encima del cuello: ya que se está imitando el comportamiento de la yegua cuando protege a su cría y se le ofrece así una importante sensación de seguridad.
2- Rascarle detrás de la oreja: se imita los cuidados mutuos que se ofrecen los caballos.
3- Echar la respiración sobre el cuello o los ollares: otro cuidado mutuo entre estos animales.
4- Rascar.

- Acariciarle los puntos sensibles: cada caballo posee unos puntos especiales en los que le gusta ser acariciado, se les debe averiguar para utilizarlos como premio.

Castigos:

Gritos o voz fuerte: no se debe abusar de ellos ya que el caballo se podría acostumbrar, de forma que sólo obedecería ante ellos.
Lenguaje corporal: ponerse erguido, hacer gestos con los brazos.
Tirón sobre la nariz: debe ser breve pero firme.
Toques con la fusta o tralla: estos elementos deben utilizarse como ayuda, no para castigar al caballo ya que si les coge miedo huirá de ellas y no podrán utilizarse para dirigirlo. Para castigar con ellos se dará únicamente un toque breve y firme, pero nunca una paliza.
- Imitar castigos que realizan los propios caballos:
1.   Simular una coz, con un puntapié.
2.   Imitar un mordisco, con un golpe con el codo.

Por último conviene tener en cuenta que un castigo dado a tiempo evitará que pierda el control sobre el caballo, pero nunca este castigo deberá ser fuerte o causar daño al animal. 




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